Históricamente, los docentes han tenido que lidiar con altos niveles de estrés en su vida laboral, debido al gran compromiso emocional y social que conlleva su oficio. Pero este último año además se sumó la pandemia.

El sistema de trabajo conocido hasta entonces tuvo que cambiar, los profesores y establecimientos debieron adaptarse rápidamente a este nuevo paradigma sin ninguna capacitación previa, enfrentarse a clases virtuales y luego a clases híbridas con escasas herramientas y conocimientos en la materia, además de la dificultad de que apoderados y alumnos también estaban aprendiendo sobre la marcha.

En muchos casos, el límite entre lo personal y laboral se perdió, siendo los profesores contactados en cualquier momento a través de sus dispositivos personales. Si bien muchos colegios se adhirieron al uso de una plataforma de gestión escolar para manejar estos asuntos, estas no siempre cumplían las expectativas, generando aun más estrés.

Según diversos estudios, realizados tanto dentro como fuera de Chile, la carga laboral percibida por los docentes aumentó en un 70%, asimismo aumentó la carga de sus labores administrativas y la brecha de género, ya que las docentes mujeres reportaron un 14% más de desgaste que sus colegas hombres y, en general, perciben más afectada su salud mental que ellos.

Teniendo los datos sobre la mesa, cabe preguntarse entonces, ¿qué se puede hacer para disminuir el estrés de los profesores y su carga laboral?

Primero, fortalecer la comunicación entre todos los miembros de la comunidad escolar y facilitarla, entender que es un pilar clave para el correcto funcionamiento y desarrollo de cualquier actividad y sobre todo, de la labor que desempeñan los docentes.

También es recomendable establecer vías de contacto oficiales tanto con alumnos como con apoderados, evitando que esta vía sea WhatsApp u otros medios informales. Una buena idea es el envío de mailing periódicamente, o el uso de una plataforma de gestión escolar donde el usuario pueda fácilmente encontrar la información que necesita y recibir feedback de forma ordenada y efectiva. Esto último puede parecer un cambio sencillo, pero generará un gran impacto en la disminución de carga laboral de los docentes.