En marzo del 2020 no solo inició la pandemia del coronavirus en Chile, también entró en vigencia el Decreto 67, el cual actualiza la normativa que regula la evaluación, calificación y promoción escolar. Hoy te contamos cómo implementar este Decreto y de qué manera beneficia a los estudiantes.

El Decreto 67 y la evaluación formativa

El Decreto 67 busca fortalecer la evaluación formativa, proceso que considera la evaluación como parte del trabajo diario en el aula y la utiliza para orientar y mejorar la enseñanza y el aprendizaje, permitiendo así la toma de decisiones que beneficien a los alumnos.

La meta final es que los estudiantes alcancen objetivos y desarrollen habilidades, no que solamente se evalúen contenidos.

Con el Decreto 67, se espera reducir la repitencia, la deserción escolar y promover la inclusión y la diversidad, entre otros beneficios.

¿Cómo aplicar el Decreto 67 en mi establecimiento?

En esta transición hacia las clases virtuales y debido a todo el cambio que está viviendo el área de la educación, se hace aún más imperante la implementación correcta del Decreto 67.

Según establece el Decreto, cada establecimiento debe elaborar un reglamento interno de evaluación, comandado por el equipo directivo y técnico pedagógico. Se debe integrar la educación formativa y sumativa (promedio ponderado) en la planificación de la enseñanza, diseñar y construir instrumentos de evaluación con fundamentos pedagógicos, comunicar constantemente a estudiantes y apoderados sobre los criterios de evaluación y logros, haciéndolos partícipes del proceso.

Para lo anterior, es clave la organización y la comunicación entre docentes, directivos y apoderados.

Entonces, ¿cómo hacer todo esto? Una gran opción es contar con una plataforma que funcione como una bitácora de clases, donde sea posible ingresar objetivos de aprendizaje a las evaluaciones, realizar un seguimiento constante a esos objetivos y tener un promedio ponderado. Esto permitirá que el cuerpo docente vea en tiempo real el desempeño de cada estudiante y lleve a cabo una evaluación formativa eficiente, pudiendo monitorear, analizar e interpretar resultados de aprendizaje para tomar decisiones pedagógicas, modificar estrategias y adelantarse a las incidencias cuando sea necesario, siempre en pro de los alumnos.